Tuesday, November 28, 2006


EL LEGADO DEL ZAR DEL CAFÉ


El 29 de junio de 1975, el prestigioso periódico norteamericano, The New York Times le contó al mundo entero quién era el "zar del café". Este fue el título que le otorgó el periodista Nathaniel Nasch, a Arturo Gómez Jaramillo, en un extenso reportaje que contaba los detalles de los cafeteros colombianos.

Seguramente las nuevas generaciones se identifican con Juan Valdez, pero están lejos de conocer quién es la persona que está detrás de la creación de esta imagen que representa el café en el mundo entero desde el inicio de la primera campaña de promoción y publicidad del Café de Colombia, en los Estados Unidos, en 1959.

Se trata de un manizalita honesto, trabajador, modesto, sincero, audaz, sencillo, calmado, quien falleció en Washington, Estados Unidos, el 15 de noviembre a los 91 años y el pasado jueves los más allegados le dieron el último adiós en Bogotá. Sus cenizas quedaron en el Gimnasio Moderno.

Todos los dirigentes cafeteros del país podrían hablar largas horas sobre la vida y obra de este hombre, así como recordar las profundas reflexiones, los consejos oportunos forjados con la experiencia. Pero pocos lo conocen tan profundamente como Diego Pizano Salazar, coautor del libro que salió publicado en 2003.

Después de recopilar la vida de Manuel Mejía, a quien llamaban "Mr. Coffe", se emprendió la tarea de hacer un texto de 454 páginas en las que se cuenta detalles de su exitosa vida profesional y los logros que alcanzó como Gerente de la Federación durante 24 años y su valioso aporte a la creación de la Organización Internacional del Café (OIC) y contribuyó de manera decisiva a la negociación de los distintos Acuerdos Internacionales del Café.

Esos acuerdos fueron los que le abrieron camino al Pacto Mundial Cafetero, que mantuvo el control en las exportaciones y los precios internacionales del grano durante casi tres décadas, hasta mediados de 1989.

Su labor fue reconocida por Michael Blumenthal, es secretario del Tesoro y profesor de la Universidad de Priceton de los Estados Unidos, quien aseguró que "la OIC no hubiera existido de no ser por el trabajo de Don Arturo".

Y es que Gómez Jaramillo es recordado como un ser humano lleno de buenas intenciones, amable, influyente, persuasivo y con un consejo oportuno para cada ocasión.

Detrás del dirigente cafetero había un gran humanista apasionado por la literatura inglesa, francesa, italiana y latinoamericana. Sus textos predilectos iban desde la filosofía, la historia y las biografías de grandes personajes, Michael de Montaigne, era su preferido, comenta Juan Manuel Santos, actual ministro de Defensa y quien fue alumno suyo, "pocos saben que conocía del arte italiano como pocos", comenta.

Una de sus pasiones escondidas era su encanto y buena pluma para la poesía, lo que le permitió dejar varios textos inéditos que se quedarán en la memoria y en el corazón de este romántico que nunca dejó que salieran a la luz pública.

A pesar de ser homenajeado por 6 presidentes de la República y 17 ministros de Hacienda, cuando el café colombiano representaba el 15 por ciento del PIB nacional por los años 60´s y 70´s, Don Arturo nunca perdió su sencillez y humildad a pesar de llegar a ser el hambre más importante del país después del Jefe de Estado.

Era tal su entrega y tan integra su convicción de servidor público desinteresado que por los años 80´s cuando era Gerente de la Federación se negó en repetidas ocasiones a cambiar su vehículo particular por uno más ostentoso y "digno" de su cargo.

Tal fue determinación que un día sin consultarle le compraron un vehículo modesto para que lo usara. Pero tuvo que reunirse todo el Consejo Directivo para convencerlo de utilizarlo, después de miles de argumentos y bastantes cafés en la mesa de juntas, Don Arturo optó por aceptar su nuevo medio de transporte.

Este era precisamente el mensaje que quería dejarle a las nuevas generaciones que desconocen las características de los servidores públicos honestos.

"Él decía que admiraba los estadistas de bajo perfil, aunque no hubieran muchos, porque la mayoría sólo querían figurar en las portadas de revistas y favorecer sus intereses personales. Era tal su convicción que no dejó que sus hijos se involucraran en labores relacionadas con la Federación. Non le gustaba que pensaran que por su cargo estaba favoreciendo a la familia", comenta Diego Pizano, amigo, compañero y actual asesor Internacional de la Gerencia General.

Durante su pasó por los latos cargos se destacó por reactivar los programas para los cafeteros campesinos, como las viviendas rurales, educación y energía para las zonas que no tenían. Por lo que se considera que son los pioneros en el tema de la Responsabilidad Social Empresarial, que hoy en día esta de moda.


SU DUELO PERMANENTE

Arturo Gómez Jaramillo tuvo dos hijos, Enrique y María Cristina, la niña de sus hijos el 23 de diciembre de 1960 tuvo un trágico accidente a los 12 años de edad. Este fue el golpe más duró de su vida hasta el punto que su usaba permanentemente corbata negra.

Sólo en algunas ocasiones, realmente contadas, intentó usar corbata café.

Con esta pena en el alma y en el corazón continúo, con su honrosa labor en la Federación.

Su hijo Enrique estudió derecho en la Universidad de los Andes, realizó una especialización en la Universidad de Harvard. Actualmente está vinculado con una prestigiosa oficina de abogados en la capital de los Estados Unidos.

Debido a su afección cardiaca tuvo que irse a vivir al exterior exactamente a Buenos Aires y después decidió trasladarse al norte del continente.

LO ÚLTIMO

Los últimos años de su vida vivió en la casa de su hijo con sus nietos y su nuera. Y hasta los últimos días conservó intacta su memoria, sus recuerdos y su pasión por la lectura.

Una de sus últimas intenciones fue la de participar activamente en el rediseño y la reestructuración de la Organización Internacional del Café.

Su hijo vio como una semana antes Don Arturo empezó a perder peso y el habla, hasta cerra sus ojos para siempre en la eternidad del ocaso.

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