Tuesday, November 28, 2006

Banrepública inaugura moderna línea de producción


LOS BILLETES, DE LA FÁBRICA A SU BOLSILLO


- El emisor produce mil millones de billetes al año. El 60 por ciento del circulante tiene una utilidad de uso nueve meses al año.

- La moderna máquina también puede imprimir euros y dólares.


Por Diana Carolina Lache

Dicen que las imágenes del papel moneda hablan mucho del país de su providencia. Colombia tiene la fábrica de billetes más grande de América Latina, si nos acogemos a este principio hace evidenciar que los que circulan en el país son parte de los mejores del mundo, tanto que el Banco de la República tiene planes para licitar la producción para los países cercanos.

En el recorrido por la nueva fábrica de billetes, en la cual se invirtieron cerca de 270 mil millones de pesos, en la tesorería se puede encontrar con robots que pasean por los pasillos con millonadas a su custodia.

Cerca de 160 personas participan en la elaboración de un sólo billete, ya que cumple procesos técnicos, control de calidad, seguridad, cortado, empaque y distribución.

En esta nueva edificación, ubicada en la Avenida de la Esperanza con Carrera 68 en Bogotá y la cual duró 3 años en construcción, se está implementando una nueva línea de producción, más eficiente, la cual está en funcionamiento para los nuevos billetes de mil y dos mil pesos a los cuales les fue reducido su tamaño.

El gerente general del banco, José Darío Uribe estima que con la nueva línea la central de efectivo duplicará la capacidad que se tenía en la fábrica que quedaba en la carrera 13 con 37, por tener un sistema de desarrollo más avanzados, hasta podría hacer dólares y euros.

"Representa un sitio de producción, almacenamiento y distribución de billetes con la última tecnología", precisa.

Según las estimaciones del Emisor, los tres últimos meses del año sale el 60 por ciento del dinero en circulación, debido a la mayor demanda de efectivo para la temporada de fin de año.

Esto debido al pago normal de los salarios, las primas legales, extralegales, el pago de la cosecha cafetera y a que el gasto público y aumenta fuertemente a mediados de octubre.

La central de efectivo es única en su género en el mundo, debido a que integra en un sólo lugar la imprenta de billetes, la tesorería y la réplica de los centros de informática de la oficina principal, tiene todos los estándares de seguridad que recomendó la FED (Reserva Federal de los Estados Unidos) lo que permite que este edificio inteligente esté protegido por cerca de 300 cámaras de seguridad y control total de las puertas.

Debido a las limitaciones de espacio en la bóveda del centro de la capital, los directivos iniciaron la construcción de este proyecto para mejorar la seguridad y minimizar el traslado de efectivo entre las máquinas y los depósitos.

Las funciones de la tesorería se optimizaron con el uso de un sistema automatizado de valores para integrar las actividades de producción, clasificación, destrucción, almacenamiento y movimiento. Este sistema está integrado por vehículos guiados automáticamente, transelevadores y control integral del transporte de valores.

Si alguna vez vio la bóveda del "Tío Rico", legendario personaje de caricaturas, pues la del banco no tiene nada que envidiarle, ya que la original tiene 60 metros de profundidad, 20 metros de ancho y 18 de alto, aproximadamente.

Es claro que los billetes al igual que los artículos materiales tienen una vida útil, por ejemplo, los billetes de 50 mil son los que más duran en el mercado del "usado": 3 años, por su parte lo de 1.000 y 2.000 sólo alcanzan una distribución de 8 meses, esto es uno de los indicadores positivos ya que Colombia es uno de los pocos países que tiene tantas denominaciones y por el momento no existen planes para sacar otra.


Aunque cerca del 70 por ciento del papel moneda se reemplaza por año. Éstos pasan por un filtro que permite clasificar para ser destruidos ya que por las condiciones del papel es imposible reciclarlo.

Según el Gerente del Banco una mayor parte de los billetes que salen son para reemplazar los que se deben desechar por uso.

Este papel es destruido y prácticamente queda convertido en confites, según Gerardo Hernández, secretario de la Junta Directiva del Banco de la República, mediante un proceso industrial se podría compactar para que sea utilizado en laminas para muebles.

Aparte de ser la fábrica de plata del país, en este lugar funciona el centro de computo alterno del Emisor, dotado con dos salas de emergencia para atender múltiples eventualidades.

FÁBRICA DE BILLETES

El proceso de elaboración lo podrán conocer grupos de estudiantes mediante visitas guiadas que se programen con el banco (http://www.banrep.gov.co/).

Antes de prender las máquinas y empezar a "hacer plata" de verdad, se firma un contrato para que les suministren el papel con países como España, Inglaterra, Suecia y otros europeos, es decir las únicas empresas del mundo que pueden licitar este tipo de concesiones.

De esta forma llega la hoja de papel con la cinta de seguridad y las fibras de colores que brillan en la luz, por cada una de estas hojas caben en promedio 60 billetes, así sale para la impresión off set en la que en una nave de impresión se le ponen las tintas importadas que caracterizan la denominación.

Se estima que la máquina con un sistema computarizado de alta calidad muestra la calidad de la tinta y detecta cualquier error, este proceso lo hace a los 10 mil pliegos que se imprimen por hora.

Después pasan a la marca de agua y el diseño en alto relieve. Surtido este proceso los pliegos de papel pasan 8 días secándose, para luego ser llevados a numerar con 8 dígitos, ahí es cuando realmente se ve el billete terminado, el cual se pone en la segunda máquina para que sea cortado en filas y columnas para que los operarios supervisen el empaque en 10 fajos (100 billetes) en bolsas plásticas.

De allí es empacado en cajas de cartón para que se clasifique con un número, que sólo conoce la tesorería y, el robot Eisenmann lo lleve a la bóveda, que tiene una capacidad de 3 mil contenedores.

En realidad los robots, dos por piso, camina como "Pedro por su casa" en los pasillos, pue son los únicos que manipulan el dinero. El cual es controlado mediante un sistema electrónico inalámbrico que tiene antenas en los tubos del techo, a través de los cuales recibe las instrucciones láser desde la computadora central.

La demanda de circulación es el siguiente: el de 20 mil alcanza un 35 %; el de 50 mil alcanza 16%; el de 10 mil un 13%; el de 1 mil un 16%; 2 mil 12% y el de 5 mil sólo alcanza un 6% de circulación.

Durante todo el proceso existe un riguroso control de calidad realizado por los operarios, quien son adiestrados y capacitados por el Banco para que detecten rápidamente los errores de producción.

De igual forma las máquinas están programadas para hacer una verificación simultanea del proceso que se ejecuta en cada billete como el reconteo y la verificación de los elementos de seguridad.

Desde que entra la hoja de papel limpia, hasta que está listo para salir a la calle el proceso tarda 32 días.

La producción diaria se usa para las reservas, el pago y préstamo a bancos comerciales, donde todo el proceso manual es verificado por los computadores.

El dinero que se debe destruir, por su deterioro pasa a un departamento técnico que autoriza una actas para que se elimine. Según cifras del banco, durante este año se han destruido cerca de 503 millones de piezas.

El dinero falso es analizado por otro de departamento que elabora informes para las autoridades con el fin de detectar las técnicas utilizadas para este delito y así hacerles seguimiento.

Por año se produce mil millones de billetes, para el 2006 se calcula una producción cercana a los 870 millones de billones de billetes, de estos cerca de 500 millones son de 1.000 y 2.000, que son los que más circulan y lo que más rápido se deterioran, por ahora están estudiando de reducirle el tamaño a los de 20 mil y cincuenta mil.


POR QUÉ NO IMPRIMEN MÁS BILLETES

Para los que se preguntan por qué el Banco de la República expide más billetes para subsanar las crisis económicas el gerente del Emisor, José Darío Uribe explicó que, "la cantidad de moneda en la economía esta determinada en el esquema actual de inflación objetivo, para ofrecer lo que demanda la economía y a las tasas de interés que se consideran coherentes con el logro de las metas de inflación".

Las nuevas emisiones son autorizadas a partir de unos análisis técnicos de la sugerencia de industrial se le presenta al Consejo de administración del banco la propuesta de cuánto debe ser la producción de cada una de las distintas denominaciones y se tienen en cuenta los análisis de la demanda y del inventario y a partir de allí se definen las cantidades para cada uno de los años.

EL LEGADO DEL ZAR DEL CAFÉ


El 29 de junio de 1975, el prestigioso periódico norteamericano, The New York Times le contó al mundo entero quién era el "zar del café". Este fue el título que le otorgó el periodista Nathaniel Nasch, a Arturo Gómez Jaramillo, en un extenso reportaje que contaba los detalles de los cafeteros colombianos.

Seguramente las nuevas generaciones se identifican con Juan Valdez, pero están lejos de conocer quién es la persona que está detrás de la creación de esta imagen que representa el café en el mundo entero desde el inicio de la primera campaña de promoción y publicidad del Café de Colombia, en los Estados Unidos, en 1959.

Se trata de un manizalita honesto, trabajador, modesto, sincero, audaz, sencillo, calmado, quien falleció en Washington, Estados Unidos, el 15 de noviembre a los 91 años y el pasado jueves los más allegados le dieron el último adiós en Bogotá. Sus cenizas quedaron en el Gimnasio Moderno.

Todos los dirigentes cafeteros del país podrían hablar largas horas sobre la vida y obra de este hombre, así como recordar las profundas reflexiones, los consejos oportunos forjados con la experiencia. Pero pocos lo conocen tan profundamente como Diego Pizano Salazar, coautor del libro que salió publicado en 2003.

Después de recopilar la vida de Manuel Mejía, a quien llamaban "Mr. Coffe", se emprendió la tarea de hacer un texto de 454 páginas en las que se cuenta detalles de su exitosa vida profesional y los logros que alcanzó como Gerente de la Federación durante 24 años y su valioso aporte a la creación de la Organización Internacional del Café (OIC) y contribuyó de manera decisiva a la negociación de los distintos Acuerdos Internacionales del Café.

Esos acuerdos fueron los que le abrieron camino al Pacto Mundial Cafetero, que mantuvo el control en las exportaciones y los precios internacionales del grano durante casi tres décadas, hasta mediados de 1989.

Su labor fue reconocida por Michael Blumenthal, es secretario del Tesoro y profesor de la Universidad de Priceton de los Estados Unidos, quien aseguró que "la OIC no hubiera existido de no ser por el trabajo de Don Arturo".

Y es que Gómez Jaramillo es recordado como un ser humano lleno de buenas intenciones, amable, influyente, persuasivo y con un consejo oportuno para cada ocasión.

Detrás del dirigente cafetero había un gran humanista apasionado por la literatura inglesa, francesa, italiana y latinoamericana. Sus textos predilectos iban desde la filosofía, la historia y las biografías de grandes personajes, Michael de Montaigne, era su preferido, comenta Juan Manuel Santos, actual ministro de Defensa y quien fue alumno suyo, "pocos saben que conocía del arte italiano como pocos", comenta.

Una de sus pasiones escondidas era su encanto y buena pluma para la poesía, lo que le permitió dejar varios textos inéditos que se quedarán en la memoria y en el corazón de este romántico que nunca dejó que salieran a la luz pública.

A pesar de ser homenajeado por 6 presidentes de la República y 17 ministros de Hacienda, cuando el café colombiano representaba el 15 por ciento del PIB nacional por los años 60´s y 70´s, Don Arturo nunca perdió su sencillez y humildad a pesar de llegar a ser el hambre más importante del país después del Jefe de Estado.

Era tal su entrega y tan integra su convicción de servidor público desinteresado que por los años 80´s cuando era Gerente de la Federación se negó en repetidas ocasiones a cambiar su vehículo particular por uno más ostentoso y "digno" de su cargo.

Tal fue determinación que un día sin consultarle le compraron un vehículo modesto para que lo usara. Pero tuvo que reunirse todo el Consejo Directivo para convencerlo de utilizarlo, después de miles de argumentos y bastantes cafés en la mesa de juntas, Don Arturo optó por aceptar su nuevo medio de transporte.

Este era precisamente el mensaje que quería dejarle a las nuevas generaciones que desconocen las características de los servidores públicos honestos.

"Él decía que admiraba los estadistas de bajo perfil, aunque no hubieran muchos, porque la mayoría sólo querían figurar en las portadas de revistas y favorecer sus intereses personales. Era tal su convicción que no dejó que sus hijos se involucraran en labores relacionadas con la Federación. Non le gustaba que pensaran que por su cargo estaba favoreciendo a la familia", comenta Diego Pizano, amigo, compañero y actual asesor Internacional de la Gerencia General.

Durante su pasó por los latos cargos se destacó por reactivar los programas para los cafeteros campesinos, como las viviendas rurales, educación y energía para las zonas que no tenían. Por lo que se considera que son los pioneros en el tema de la Responsabilidad Social Empresarial, que hoy en día esta de moda.


SU DUELO PERMANENTE

Arturo Gómez Jaramillo tuvo dos hijos, Enrique y María Cristina, la niña de sus hijos el 23 de diciembre de 1960 tuvo un trágico accidente a los 12 años de edad. Este fue el golpe más duró de su vida hasta el punto que su usaba permanentemente corbata negra.

Sólo en algunas ocasiones, realmente contadas, intentó usar corbata café.

Con esta pena en el alma y en el corazón continúo, con su honrosa labor en la Federación.

Su hijo Enrique estudió derecho en la Universidad de los Andes, realizó una especialización en la Universidad de Harvard. Actualmente está vinculado con una prestigiosa oficina de abogados en la capital de los Estados Unidos.

Debido a su afección cardiaca tuvo que irse a vivir al exterior exactamente a Buenos Aires y después decidió trasladarse al norte del continente.

LO ÚLTIMO

Los últimos años de su vida vivió en la casa de su hijo con sus nietos y su nuera. Y hasta los últimos días conservó intacta su memoria, sus recuerdos y su pasión por la lectura.

Una de sus últimas intenciones fue la de participar activamente en el rediseño y la reestructuración de la Organización Internacional del Café.

Su hijo vio como una semana antes Don Arturo empezó a perder peso y el habla, hasta cerra sus ojos para siempre en la eternidad del ocaso.

Thursday, November 23, 2006


PARA ATRAPAR A RAÚL

Por Juan Manuel Ruiz*
Periodista de RCN radio. Esta columna fue publicada por los diarios de Colprensa


Si usted quiere entrevistar a Raúl (y, si es espía, atraparlo), puede encontrar, relativamente fácil, una ruta que lo conducirá hasta él. O podía hacerlo, para ser más exactos, pues es muy probable y casi seguro que Raúl ya se haya mudado. Pero juguemos a que Raúl es tonto -no lo es-y se ha quedado en su escondite esperando a que usted vaya por él.

Creamos que él no ve televisión, ni lee periódicos, ni tampoco escucha la radio (como sí lo hacen sus secuestrados) para enterarse de cosas como el revuelo que se armó porque el estado encontró las pruebas que acreditan su manera de movilizarse por entre selvas y trochas y está dispuesto a entregarlas a los presidentes del vecindario. Es más, imaginemos que Raúl no sabe que el Presidente se refirió a él con nombre propio y lo trató de cobarde por la última bomba que puso en la Escuela Superior de Guerra.

Con esas suposiciones, haga unos contactos, consígase un puñado de billetes de cincuenta mil y compre los primeros tiquetes de su travesía. Vuele desde Bogotá hasta Puerto Asís, en el Putumayo.

No se alarme: antes de aterrizar en Puerto Asís verá desde el aire una que otra mata de coca escondida entre la maleza. Allí, tómese un par de cervezas, contrate a un lanchero y cruce el río con rumbo a un pequeño caserío conocido como Puerto Vega. Desde ese último puerto, alquile un jeep que lo conduzca hasta Teteyé (sí, Teteyé, donde hubo un ataque de las FARC que dejó 19 muertos). Desde Teteyé cruce el río San Miguel hasta otro lugar conocido como Pueblo Nuevo. En Pueblo Nuevo, si usted ha hecho previamente (y con paciencia) los contactos debidos, alguien vestido de paisano lo recogerá y lo llevará a territorio ecuatoriano en otra lancha.

Una vez en territorio del Ecuador, será conducido hasta el sitio conocido como La Cueva: en esa cueva encontrará a Raúl, el hombre de barba y bigote a quien el Presidente llamó "fantoche".

Allá le contarán un poco de historias, algunas que usted creerá y otras que no. Que, por ejemplo, Raúl -que no es tonto-padece desde hace tiempo un cáncer de próstata que ha requerido de atención médica especializada. Que un médico argentino, que hizo una ruta parecida a la suya en cuanto a la extensión del viaje, es quien lo atiende con el mayor sigilo y enorme cuidado.

Que hasta ese lugar ha llegado una mujer ecuatoriana que debe estar en sus cuarenta, y a quien apodan La Tía o Esperanza. Pero que se llama Nubia Calderón. No intente buscar en la guía telefónica quiteña ese nombre: en el mundo no hay una sola Nubia Calderón, sino varias. Yo conté como veinte. Es la amiga clave de Raúl en el territorio vecino.

Buscarla será imposible, a no ser que usted pretenda imitar a Terminator (¿recuerda?¡Terminator 1!) y sobre la base de ese nombre repetido veinte veces decida eliminarlas una por una hasta acabar con todas las probabilidades.


Eliminando las probabilidades, al final llegará al escondite y entonces podrá tener a Raúl enfrente de usted: ¿qué puede hacer? Algunos dicen que usted no puede capturarlo por cuanto violaría la soberanía del vecino. Y si decide contarles a las autoridades, quizás sea demasiado tarde. El juego, como ve, no es fácil. Para atrapar a Raúl se necesita la misma malicia del perseguido que, a esta hora, ya debe estar en otro lado. Malicia conseguida durante meses, años, décadas, en el monte.

Sólo si usted es capaz de hacer una apuesta sin tiempo, podrá entonces obtener esa victoria. Pero cuando llegue, a lo mejor Raúl ya no está en este mundo. No se decepcione, el asunto sí parece como para Play Station 3, que tantas colas ha generado en Nueva York. Pero es un juego para gente inteligente, esencialmente. Lea bien las claves y empiece a tomar decisiones y a sacar sus propias conclusiones.

Friday, November 17, 2006


Novedad

Edificio Colombia:

Este es el prólogo del libro que Antonio Morales, reconocido periodista, lanzará a finales de noviembre. Este es un homenaje a la antología de los libretos del programa de televisión Quac, el noticero y a su creador, el inigualable, Jaime Garzón.

PRÓLOGO *

Durante casi tres años, entre 1995 y 1997, Miguel Ángel lozano y yo escribimos los libretos de Quac, el noticero, parodia semanal de un noticiero que tuvo una de las mayores audiencias entre los programas de opinión en toda la historia de la televisión colombiana. Jaime Garzón era el protagonista. Diego León Hoyos, o más bien María Leona Santodomingo, su compañera de todas las semanas. Desarrollamos entre todos decenas de personajes, con la rigurosa realización de la hoy fallecida Claudia Gómez.

Semana tras semana, vivimos hombro a hombro esta experiencia profesional y personal. ¡Nunca nos divertimos tanto! Pero, simultáneamente, logramos criticar las estructuras presentes y pasadas del poder en el país, hasta el punto de influenciar muy seriamente la opinión y, de contera, el poder. El Edificio Colombia es, pues, una mirada sobre los acontecimientos que han marcado los últimos años de la historia nacional.

«Buenas noches: bienvenidos a la mayor desinformación de Colombia y el mundo». Con esta «autocrítica» frase, todos los domingos a las siete de la noche Garzón y la presentadora María Leona iniciaban la parodia de aquel informativo de televisión.

Utilizando un género de total influencia y recordación como los noticieros, se ponía en irónica tela de juicio el poder en Colombia a lo largo de la historia, al igual que la estrecha relación con los medios y su perverso círculo vicioso poder-prensa.

Eran los tiempos escénicos del proceso 8.000 que juzgó —por sus relaciones y por haber recibido dinero del narcotráfico— a la corrupta clase política colombiana, desde los «caciques» regionales hasta al propio presidente Samper. Proceso que, a su turno, fue el chivo expiatorio de viejas tradiciones corruptas que esta vez, a causa de la presión estadounidense, debían producir la caída de muchas cabezas.

Decenas de políticos fueron a la cárcel, Samper fue exonerado y terminó normalmente su período, y el único fruto del 8.000 fue para los gringos, quienes gracias a él consolidaron su intervención política en Colombia, que hoy ha llegado desde la dirección de la diplomacia y las políticas estatales, hasta el campo de batalla.

Durante dos años y medio decenas de personajes «reales» o emblemáticos desfilaron por Quac, hasta el punto de que para los televidentes colombianos sus interpretaciones eran no sólo más familiares, sino más certeras y cercanas a la realidad misma. Ningún sector del país se salvó de la sátira, pues desde un principio se consideró que su éxito dependería del equilibrio proveniente de darles palo, democráticamente, a todos los protagonistas.

Aún hoy en Colombia no se ha olvidado al presidente Samper encarnado por Garzón, y sus alocuciones y peripecias por los corredores del palacio; o al eterno Andrés Pastrana, en su doble juego de ser amigo de los gringos hablando desde Miami o empecinado en las regresiones hipnóticas para encontrar su destino. Y también al expresidente Alfonso López moviendo la opinión nacional dentro de un barril de güisqui o como protagonista de una ópera bufa.

En ese ir y venir entre la crítica al poder y el poder mismo, tocamos también a otros protagonistas de un país cuya clase política estaba tan desacreditada que permitió el surgimiento de políticos «nuevos», en sí mismo delirantes. Tal es el caso de Antanas Mockus, quien sin campaña electoral alguna llegó a la alcaldía de Bogotá tras hacer el gran acto simbólico de bajarse los pantalones y mostrarles el culo a 2.000 estudiantes cuando era rector de la Universidad Nacional. O la excanciller Noemí Sanín, que para Quac sólo tenía un «lindo cuerpo diplomático» y quien, igualmente como candidata presidencial, se reclamaba producto de la nueva política, con una evidente carga tradicional que señalábamos hasta el delirio.

El país, de alguna manera, pensaba lo mismo que Quac, o Quac interpretaba al país, y por ello la identidad del programa con su público creció como espuma. La tragedia nacional no estaba ausente. Álvaro Gómez, líder de la derecha colombiana, era objeto de todo tipo de mofas en Quac. Jaime lo imitaba permanentemente hasta el día en que asesinaron a Gómez de doce balazos.

Quac crecía en medio de las vueltas interminables del proceso 8.000, que destapaba las ollas podridas de la corrupción, esas mismas que olían mal desde siglos atrás, con toda su carga histórica en un país acostumbrado al dolo, las traiciones y demás figuras propias de las corruptelas en el poder.

Por eso en Quac aquellos políticos de hoy se mezclaban con grandes héroes o referentes históricos, caracterizados también por Garzón u Hoyos, como el Libertador Simón Bolívar y el general Santander, o grandes líderes asesinados (¿la muerte es el motor de la historia en Colombia?), como Jorge Eliécer Gaitán, o la muerte de Luis Carlos Galán, aparentemente víctima del narcotráfico.

Reencontrar la historia era una forma de poner en evidencia las raíces de unas maquinarias a veces mortales, que desde siempre han mantenido al país en el subdesarrollo y las desigualdades, con el apoyo de Estados Unidos. Por eso la frase acuñada y reiterada en Quac, «Y el gringo ahí», se volvió un giro habitual en las conversaciones de los colombianos.

No todo eran imitaciones y puestas en escena de los personajes reales. Quac creó también personajes propios, estereotipos que coincidían con grandes bloques de la diversidad nacional. De ese corte eran el paramilitar y el guerrillero, reflejo de la guerra en los campos; el militar violador de los derechos humanos; Carlos Mario Sarmiento, el superempresario displicente, o Pastor Rebaño, un amanerado, indolente y aristocrático obispo.

La suma de personajes reales y emblemáticos muchas veces le hacía preguntar al grueso público: «Pero ¿con quién está Quac?». Y en una especie de efecto didáctico del programa sobre el televidente que observaba paralelamente la realidad, las propias gentes, por puro sentido común e identidad, se respondían: «Como nosotros, Quac está contra todos».

Así como muchos personajes se construyeron para ser repudiados, otros funcionaban a la inversa. El público se identificaba con ellos, con su modo de ver el país. John Lenin era un estudiante de izquierda, militante, marxista en decadencia, metido aún en la guerra fría. Godofredo Cínico Caspa era un abogaducho de extrema derecha, ventajoso e inmoral, que apoyaba todo lo sórdido.

Dioselina Tibaná, la cocinera del palacio presidencial, chismosa y ladina, expresaba claramente el alma del campesino emigrado a la ciudad, escéptico y noble. Inti de la Hoz era una muchacha contemporánea, posmoderna y parte de la generación X, frívola e ignorante. Y Néstor Helí, el portero del Edificio Colombia, donde vivía toda la fauna social del país ligada al poder, era un trabajador raso profundamente crítico, de desconcertante habilidad de palabra, seductor y lúdico.

Algunos de esos personajes contaban, hacia dentro, la vida de Garzón. John Lenin era el Jaime de la universidad pública, el guerrillero; Godofredo, el Garzón abogado, también proclive al neoliberalismo y al ascenso social; Dioselina era el Jaime pueblerino de sus orígenes familiares; Inti, el Garzón light y amante del poder, y Néstor Helí era simplemente Jaime Garzón.

Y para redondear el universo de Quac, no faltaban en el noticero los reporteros: William Garra, William Farra y William Narra, periodistas que cubrían política, sociedad y deportes. Y con ellos el necrofílico Frankenstein Fonseca, encargado de la crónica roja.

En junio de 1997, los autores y actores de Quac decidimos voluntariamente acabar el programa. «Siempre es bueno salirse en lo mejor de la fiesta».

Tres meses después me volví a encontrar con Garzón. En el programa Lechuza, construimos con Jaime un nuevo personaje: Heriberto de la Calle, un típico embolador bogotano, de la más extrema raíz popular, habitante de las avenidas pero también lustrabotas del poder. Inicialmente, en cámara subjetiva que correspondía a un personaje siempre oculto y silencioso, Heriberto limpiaba los zapatos y en largas parrafadas ponía en su sitio y hasta insultaba, en medio de una catarata de argot bogotano, al personaje de turno.

Meses después, Lechuza se acabó y Heriberto fue acogido dos veces a la semana en el noticiero CM&. Una variable definitiva había hecho del embolador un entrevistador. Frente a varias cámaras, Heriberto entrevistaba brutalmente, en medio de intensas y alborotadas sesiones de burlas e ironías, a los personajes de carne y hueso del protagonismo colombiano. Heriberto —y con él Garzón— se había salido de la ficción.

El embolador pasó posteriormente a los noticieros del Canal Caracol y se convirtió en un personaje tan fuerte como el Néstor Helí de Quac desde el punto de vista de la aceptación del público.

El guiño que Jaime le hacía a la realidad parecía conducirlo por otros caminos, más allá del periodismo y la actuación. Sus encuentros con los poderes se multiplicaron, en medio de una guerra sucia cuya escalada hoy resulta evidente.

Mientras tanto, dentro de la confrontación, nacieron los diálogos de paz de 1999. Poco antes, Jaime, interesado por el tema de los derechos humanos y apoyado en sus viejas relaciones con las Farc, en sus tiempos de alcalde del Sumapaz, empezó a mediar en diversos secuestros.

Muchas personas obtuvieron la libertad gracias a su trabajo. La imagen de Heriberto se confundió entonces con la de Garzón con la guerrilla recibiendo secuestrados, Garzón en encuentros de paz, Garzón con la sociedad civil, Garzón en La Habana, Garzón con los exguerrilleros salvadoreños, Garzón negociador y conciliador en medio de las balas, Garzón repudiado y señalado como inconveniente por la extrema derecha.

¿Quiénes? Esos «autores ideológicos» del magnicidio en Colombia, que no son ni el autor material, el gatillero, ni el actor intelectual que da la orden de matar, sino esos círculos múltiples donde se juzga y se condena y se da una opinión asesina, para que los otros dos autores hagan el horrendo trabajo. Alguien o alguno de los sectores que Jaime tocó y señaló con su irreverencia o su crítica mordaz no le perdonaron nada. Ni la vida.

Haber matado al bufón hizo reaccionar momentáneamente a todo un país, que reconocía en el humor el paliativo de las crudezas diarias. Humor que ha sido no pocas veces el ejemplo de una refundida identidad cultural. La muerte de Garzón les hizo ver a los colombianos que por primera vez el conflicto armado había tocado algo sagrado y tabú: la risa. Por eso, un día después de su muerte, la plaza de Bolívar estaba llena.

Entre la marea humana sobresalían doscientos lustrabotas de las calles de Bogotá, que con su presencia recreaban en la realidad trágica a un Heriberto cómico en la ficción, pero al mismo tiempo cierto. Tanto que para permanecer, ahora yacía en un féretro.

En la intimidad de su familia y sus amigos más cercanos, Garzón fue enterrado al son de su salsa preferida, esa que nos dice «Quiero morirme de manera singular, con un adiós de carnaval», que había cantado algunos días antes en un programa de televisión, tras haber contado su vida. Pura premonición mortuoria.

Pero como la vida siempre gana, les dejo esta síntesis de los libretos de Quac, para que se sigan riendo del poder que mata y confirmen que, once años después, todo sigue igual. O sea, peor.

Antonio Morales Riveira
* Cortesía: Revista Número.

Monday, November 13, 2006

Un caballo que vende obleas

Por Diana Carolina Lache

"Relincho", así se llama la empresa y así es el sonido onomatopéyico que hace Federico Giraldo Gómez, quien lleva 14 años vendiendo obleas en ferias nacionales y las internacionales, como los Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela y Ecuador. Este producto ha sido subastado hasta por $2 millones para obras de beneficencia. La creatividad es el ingrediente esencial de este negocio familiar.

Mide casi 1.85 metros, usa sombrero de baquero, cola de caballo y sin duda alguna por donde pasa llama la atención por el sonido que emite. La gente a su alrededor le cuesta trabajo creer que un caballo venda obleas colombianas en todas las partes del mundo.

Él y sus 3 hermanos, crearon en Medellín, la empresa hace 14 años e iniciaron en los eventos equinos con caballos de paso y posteriormente vieron la oportunidad de vender su producto por fuera. Ha sido tan exitoso que en una feria en Tampa, que un empresario colombiano decidió patrocinarle una oblea a cada uno de los empresarios e invitados especiales.

"Hemos logrado subastar obleas para beneficios sociales, hemos tenido el caso de asilos donde hemos rematado obleas hasta por 800 mil pesos para el beneficio de los abuelos. En febrero en Medellín subastamos una por $2 millones y otra por un millón 200, todo ese dinero se destinó a los soldados heridos en combate", comenta Giraldo.

Este pequeño empresario asegura que con este alimento, que consumen desde los niños hasta los abuelos, le han dado una buena imagen al país.

"El relincho nos ha dado la oportunidad a muchos gremios, porque hemos llegado a todos los niveles, recorriendo el país y hacemos patria de esa forma".

Giraldo, a pesar de ser Técnico Profesional de Recurso Naturales del Sena, asegura que la creatividad es el secreto para que los negocios de familia lleguen lejos y alcancen reconocimiento.


En sus pocos ratos libres atiende una empresa dedicada a la educación ambiental, la conservación de los recursos naturales. Y cuando puede le enseña a su hijo de 2 años y medio a relinchar.

En Ecuador su producto lo vende a 1 dólar y en los Estados Unidos hasta 2 dólares y la propina ha llegado a 5 dólares.

Como complemento de su pequeña industria venden publicidad. En los años que llevan 12 personas han pagado para que su marca esté en el delantal de los que lo venden y las figuras en las obleas.
Por el momento sostienen conversaciones con la aerolínea venezolana Aeropostal, para concretar una gran inversión y publicidad por un año.

Hace dos años en la primera ruda de negocios de Colombianos que se realizó en Miami, él y su hermano, departió con el presidente Álvaro Uribe, mientras Juan Valdés repartía tinto, ellos hacían lo propio con sus cotizadas obleas.

El paladar del presidente de República Dominicana, de Ecuador, diplomáticos de Venezuela ha sido testigo del buen sabor y la amabilidad de esta empresa "atendida por su propietario".

Atuendo

Los particulares elementos de su vestuario hacen parte de una recolección de ideas de sus clientes. Excepto a la cola de caballo que cuelga de su cuerpo, la cual perteneció a un caballo de paso fino, avaluado en $120 millones, que se murió hace algunos años, por lo que Federico Giraldo decidió arreglarla y completar el atuendo completo de Relincho, "así es como hecho historia, con la cola y las obleas".
In memorian

Obituario de la "Abejita Conavi"


Por Diana Carolina Lache

Si alguna vez tarareo ¡La gente quiere a Conavi, Conavi quiere a la gente!, es necesario que se entere que la abejita, imagen por muchos años del banco, volará por última vez y se irá tan lejos que la opinión pública jamás la volverá a ver. Esto se debe a la fusión de esta corporación bancaria con Bancolombia y aunque se avecina una nueva imagen corporativa, la mascota pasará al museo de las grandes piezas publicitarias.

El éxito de la imagen fue tal que después de salir otras corporaciones empezaron a buscar símbolos pero ninguno encontró las asociaciones positivas que tiene la abeja, que por supuesto jamás picaría a alguien. Un minero saca oro para su propio beneficio y no lo comparte con su comunidad. Una ardilla acumula nueces y alimentos para pasar el invierno, pero no reproduce ni aumenta lo recolectado. Un gigante es irrelevante. Y así sucesivamente.

La abejita, que sus creadores calificaban como el ratón mickey colombaino, voló desde los tiros de esquina de los partidos de fútbol, hasta los salones de clase de felices niños contado una ronda infantil, quienes pusieron a todo un país a rendir un homenaje a los valores humanos y sin duda alguna impulsó el ahorro en esta joven población.

Durante todos estos años conservó sus rasgos característicos, amable, amigable, atenta, simpática, versátil, confiable, vendedora, creíble y abierta al mundo.

En exclusiva para Colprensa Jaime Uribe, creador de la imagen, habla sobre las etapas del proceso y se despide de uno de los símbolos más queridos y recordados por todos los colombianos en la historia comercial del país.


EL PRIMER PASO

Alrededor de 1974 nacen 11 Corporaciones de Ahorro y Vivienda, entre ellas la Corporación Nacional de Ahorro y Vivienda, la única con sede en Medellín.

Se da comienzo a un concurso dirigido a 4 empresas para la exploración de una imagen, nombre y comunicación publicitaria, la licitación fue adjudicada a la agencia Jaime Uribe & Asociados.

"El primer reto fue la creación del nombre, ya que "Corporación Nacional de Ahorro y Vivienda" era muy largo y fue necesario recurrir al acrónimo para acortar el nombre y volverlo más llamativo y memorable. De allí sale la marca conocida hasta hoy como Conavi. El segundo paso fue encontrarle una imagen acorde para este tiempo. Fue seleccionado el color Amarillo, como diferenciador (en su momento el rojo y el azul ya identificaban otras corporaciones)", narra Jaime Uribe Echavarria, fundador y presidente de la agencia.

Es allí cuando surge la necesidad de crear una iconografía exclusiva y una imagen realmente diferenciadora, que fuera pertinente con la razón de ser y con la filosofía de la nueva entidad, a lo que Uribe le dio una pronta solución.

"Se buscó un personaje que representara adecuadamente su naturaleza y sus valores. Nos inspiramos en la Abejita. Un animalito que lo que recolecta y ahorra lo reinvierte y multiplica para su futuro uso y supervivencia del enjambre, con el polen, la miel y la cera. El logotipo inicial fue una abeja gráfica dentro de un hexágono simulando un alvéolo de panal. Luego, el artista y creativo de la agencia Mario Rincón dibujó los trazos del personaje animado. Nace así uno de los símbolos más queridos y recordados por todos los colombianos en toda la historia comercial del país: La Abejita Conavi".

AÑOS DESPUÉS...

En la primera década la imagen no tiene mayores cambios. A finales de 1989 y principio de los 90’s la tipografía cambió para darle un aire nuevo ya que por esa época entra en auge las nuevas ayudas tecnológicas para los ahorradores: cajeros electrónicos y pagos por Internet.

Los trazos y expresión de la Abejita son actualizados por el Carlos Alberto Osorio y se convierte en el personaje que conocemos hasta hoy.

"Después de un "insight" o experiencia personal durante en una gira por las oficinas de Conavi, encontré la verdadera esencia de la Corporación. Una clienta entregaba un regalo a una de las cajeras. Al recibir el detalle, la cajera se levanta de su puesto para agradecer a su clienta y deja ver que está embarazada. Abre el regalo, que es un par de escarpines de lana para su futuro bebé. ¡Bingo!: "La Gente Quiere A Conavi, Conavi Quiere A La Gente". Bajo esta premisa se monta toda una estrategia de comunicación que se convierte en la misión y visión de y que involucra tanto al personal de Conavi como a su clientela".

Por el cambio del sistema financiero colombiano, que obligaba a todas las corporaciones de ahorro a convertirse en Banco, Jaime Uribe & Asociados y The Image Bridge, empresa londinense y en ese entonces socia de la primera, se encargaron de la renovación de la "mascota", lo que permitió aportarle un nuevo look que se acercó más a una imagen moderna y dinámica.

La Abejita permanece igual y su slogan cambia a "Conavi, el banco que quiere a la gente" y sus colores permanecen idénticos.

El resto ya es historia. Conavi, como tantas otras empresas colombianas, es adquirida por otra entidad: Bancolombia. Un banco que a su vez es origen de la fusión BIC-Banco de Colombia.

Y como comenta Jaime Uribe, en diálogo con Colprensa, "la marca BIC también vivió una de sus últimas etapas cuando esta agencia manejaba su publicidad. ¿Recuerdan "su media naranja"?. Pero eso es otra historia para otra crónica".

"Ahora se va pero me despido con mucho orgullo, satisfecho y honrado y con la gente que trabajó en la empresa, desde los directivos hasta los cajeros, porque todos se identificaron con ella. Hay nostalgia pero los resultados de la fusión son un buen indicador de que se hicieron las cosas bien".